La velocidad del tiempo

Estaba en un bar con mi amigo M., un poli jubilado de New York que huyó de U.S.A. como yo. Estábamos conversando con el camarero, un señor majo de sesenta y pico años que llevaba toda la vida trabajando en ese mismo bar, desde que tenía 15. Hablaba de su relación a los dueños; que eran como familia para él. Reveló que
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